Pequeños hábitos al volante que pueden salvarte la vida
Cuando se nos pasa por la cabeza un accidente al volante de nuestro vehículo, siempre solemos pensar en los elementos y causas ajenas a nosotros mismos que pueden ocasionarlos pero, muchas veces, esos incidentes pueden estar provocados por causas que podríamos haber controlado y que dependen de nosotros.
Hábitos muy simples como mirar por los espejos, tener en cuenta la climatología o guardar la distancia de seguridad, entre otros, pueden salvarte la vida o sencillamente, evitarte un susto. Vamos a ver con calma cuáles son.
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Estar pendiente del tráfico que nos rodea, por delante y por detrás.
Normalmente no nos cuesta trabajo prestar atención al tráfico que va por delante nuestra, incluso un poco más allá, por si alguien se va a incorporar a nuestro carril o si de repente frena bruscamente. Estamos acostumbrados a ello.
Sin embargo, también debemos acostumbrarnos a estar pendientes de los coches que van detrás de nosotros o a nuestro lado, mirando a través de los espejos retrovisores cada cierto tiempo, para hacernos una idea global de la circulación que hay a nuestro alrededor. Esto es fundamental sobre todo en las ciudades, donde el tráfico es bastante más denso y complejo.
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Tener en cuenta la climatología
Si graniza, está nevando o lloviendo, el agarre de los neumáticos a la calzada o la carretera es mucho menor que en condiciones normales. Es conveniente en esos casos disminuir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad, conduciendo con más precaución en líneas generales, ya que la visibilidad también resulta más difícil.
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Guardar la distancia de seguridad
Si somos rigurosos con esta recomendación, el riesgo de sufrir un impacto por alcance o de que nos golpee cualquier cosa originada por la circulación que nos rodea, se verá reducida más que considerablemente. Es muy importante ser conscientes de la gravedad que supone el no hacerlo así.
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Encender las luces del vehículo siempre que sea necesario
Las luces del coche no solo son para que nosotros podamos ver, también para que nos puedan ver a nosotros. Llevar las luces de cruce encendidas cuando está amaneciendo o anocheciendo es muy importante ya que en esas horas la visibilidad es menor. Tampoco es buena cuando llueve o las condiciones climatológicas no son las mejores para conducir. En estos casos también deberemos llevar las luces de cruce. Si hubiera niebla debemos encender las antiniebla sin olvidar que las traseras son muy potentes y deslumbran a los demás conductores si la niebla no es muy densa.
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Deja que el sentido común guíe tus actos
El conducir con lógica supone, en muchas ocasiones, tener que tomar la decisión más acertada en un breve espacio de tiempo. Normalmente la más correcta será aquella que disminuya el riesgo de sufrir un accidente. Por ejemplo, no adelantar si no tenemos claro que tenemos suficiente espacio o disminuir la velocidad si está lloviendo. Es mejor llegar unos minutos más tarde a nuestro destino que sufrir una experiencia desagradable o, en el peor de los casos, no llegar nunca.
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