¡Mujer tenía que ser!

Esta frase, recurrente en tiempos no tan pasados, y a su vez poco afortunada, debería tener sus días contados a tenor de los resultados que ofrece el estudio realizado por el Instituto de Investigación del Automóvil que depende de la Universidad Politécnica de Madrid.

Tras analizar a lo largo de la última década más de 200.000 accidentes de tráfico, se deducen unos datos que no dejan precisamente en buen lugar a los conductores varones, si los comparamos con el colectivo de mujeres que conducen.

Los datos son ciertamente concluyentes y ponen de manifiesto que los hombres al volante ponen más en peligro al resto de ocupantes del vehículo, duplican en tasas de accidentes y de mortalidad de los mismos a las mujeres, éstas cumplen mejor las normas de tráfico y son, por regla general, más prudentes.

Otro dato muy llamativo es la actitud de ambos sexos ante la conducción bajo el efecto del alcohol y las drogas. En este sentido, los hombres multiplican por cinco la tasa de infracciones con respecto a las mujeres.

También se hace mención a los accidentes más frecuentes. En el caso de los conductores varones, los siniestros más habituales son los vuelcos, atropellos y los choques frontales, siendo en el caso de las conductoras, las salidas de vía y los impactos por alcance. Esta diferenciación pone de manifiesto y viene a corroborar una mayor incidencia del exceso de velocidad y el consumo de alcohol y drogas en los hombres que provocan accidentes más graves y con mayor número de víctimas.

Se da la circunstancia además de que estas estadísticas se cumplen en mayor o menor medida en cualquier franja de edad, a excepción de las infracciones por consumo de alcohol y drogas en el caso de los conductores más veteranos (lógicamente por otra parte) en las que las estadísticas se igualan.

Pero no todo es de color de rosa. Las mujeres “ganan” en las distracciones al volante y, curiosamente, en no pasar la ITV en el plazo previsto.

Con este estudio se ha pretendido que el diseño de medidas encaminadas a mejorar la seguridad vial, vayan enfocadas a los diferentes colectivos y, a la luz de estos resultados, incluso abordarla con una “mirada de género” según palabras de una de las investigadoras del estudio, Blanca Arenas.