¿Sabes conducir por una cuesta?

Todos recordamos como uno de los momentos más tensos de nuestro aprendizaje y de nuestros primeros momentos como conductores, ese en el que el coche estaba parado en una rampa y había que reiniciar la marcha. Sudores fríos y oraciones para que no se nos fuese para atrás.

Pues bien, de eso y de otras situaciones en pendientes tanto hacia arriba como hacia abajo, es de lo que vamos a tratar.

Cuando la carretera se empina, sobre todo en los casos de cuestas pronunciadas en ciudad o en carreteras convencionales, es aconsejable llevar marchas cortas que permitan tener fuerza para subir, y en caso de que terminemos de subir, sujeten el coche en la bajada, evitando que nos excedamos de la velocidad permitida en este tipo de vías, ya que nos sirven de freno.

Cuando vayamos subiendo y comprobemos que el coche comienza a perder fuerza o velocidad, hay que reducir una marcha. Lo ideal es que con la práctica sepamos adelantarnos a ese momento, y así evitar esa sensación de agotamiento del coche.

Hablemos ahora de cómo poner un coche en marcha que se encuentra detenido en una cuesta. Ya hemos comentado antes que sobre todo para los principiantes, es un momento crítico.

En este tipo de maniobra, es fundamental el dominio del embrague y el acelerador, aunque también los frenos nos ayudarán.

En primer lugar, hay que tener el freno de mano puesto. A continuación, arrancamos, pisamos el embrague y, con la marcha metida, empezamos a acelerar. Cuando ya notemos que suben las revoluciones, vamos soltando el embrague hasta que notemos que el coche trata de moverse. Es el momento de bajar el freno de mano y el vehículo saldrá andando.

En el caso de conductores más experimentados, esta maniobra se suele hacer solamente usando los pedales, aunque si la cuesta es demasiado empinada, es aconsejable usar el freno de mano como hemos explicado.

Por último, si queremos aparcar en pendiente, tendremos que utilizar estas dos maniobras: la de poner el coche en movimiento cuesta arriba como te hemos explicado, y para ir para atrás, no hay que cambiar de marchas, sino simplemente darle al embrague. Importante que cuando el coche esté correctamente aparcado, dejar las ruedas dobladas hacia la acera por si falla el freno de mano.