Amaxofobia: historias personales
No sabemos si alguna vez has escuchado la palabra ‘amaxofobia’. Sin embargo, es algo mucho más normal de lo que te crees. La amaxofobia es el miedo a conducir. Normalmente surge por algún tipo de incidente, por ansiedad…
La gente cada vez tiene menos paciencia, pita más, se pone más agresiva… Y hay personas que no pueden aguantarlo. Empiezan a sudar, a temblar y le entra tal miedo, que no pueden conducir.
Vamos a ver diferentes historias de personas que sufren esta fobia, por si os sintierais reflejados.
Marta Ramírez, de Sevilla, obtuvo su permiso de circulación hace 9 años.
Un día yendo por la SE-30 se fue a pasar al carril izquierdo y no se dio cuenta que venía otro coche, por lo que el otro vehículo le pitó. Se puso tan nerviosa, que dio un volantazo de tal manera que casi se cambia al carril contrario, por donde circulaba otro vehículo, que también le pitó. Consiguió controlar el coche y ponerse recta por el carril del centro por el que iba y al final no ocurrió nada. Sin embargo, su madre la acompañaba y sintió miedo porque le hubiera pasado algo.
A pesar de que el suceso no terminara mal, el miedo permaneció en Marta: su descuido podría haber tenido consecuencias fatales para otras personas.
Tras haber acudido a un psicólogo y a clases especiales que tratan este miedo, ha conseguido superarlo tras un tiempo.
Miriam López, de 64 años, no conduce desde 1996.
Miriam obtuvo su carné a los 42 años. Jamás le había atraído eso de llevar un coche, pero sus circunstancias familiares hizo que se lo sacara.
Al conducir siempre se ponía nerviosa. La última vez que cogió el coche, iba con su prima, fue a meterlo en un parking, pero no había manera. No sabía maniobrar, le entraron los nervios y terminó rozando todo el coche por las paredes. Le costó arreglarlo 50.000 pesetas, (en aquella época fue algo muy caro). Por lo que decidió que nunca más volvería a coger un coche.
En este caso, al no tener seguridad nunca intentó ponerle una solución a su problema. Por lo que jamás volvió a ponerse al volante.
Carlos, de Madrid, se sacó el carné de conducir porque le hacía falta para el trabajo.
Al inicio iba por partes de la ciudad que no tenían mucha circulación, por lo que iba tranquilo. Sin embargo, en el momento que tuvo que meterse en autovías o en alguna glorieta, le entraba mucha ansiedad.
De hecho, iba sin ir muy rápido, lo que provocaba que le pitaran y le adelantaran, por lo que se ponía más nervioso aún.
Obtuvo el permiso en el año 2005, mas al ponerse tan nervioso, dejó de coger el coche. Dejó pasar un tiempo, hasta que se dio cuenta que necesitaba superarlo. Acudió a una autoescuela donde le ayudaron.
María, de Cádiz, cogió el coche hace 12 años.
María iba conduciendo de Cádiz a Sevilla con su novio, cuándo empezó a soplar muchísimo aire por la carretera. De repente, no podía ver apenas nada ya que se levantó una gran polvareda. En ese momento, le entró un ataque de ansiedad y solo deseaba pararse.
El novio de María tuvo que coger el volante para que no se descontrolara el vehículo. Salieron en la siguiente gasolinera y María dejó de conducir. Ya no ha vuelto a ponerse delante de un volante.
La amaxofobia se supera
Hemos visto diferentes historias. Algunas en las que las personas han podido superar su miedo y otras en las que ni siquiera lo han intentado.
La gente que sufre este tipo de fobia, lo pasa muy mal. Lo que sí debéis tener claro es que necesitáis ayuda para superarlo.
Normalmente, se necesita de un psicológo y de un profesor de autoescuela. Entre ambos, seguro que podéis dejar ese miedo a conducir.