¿Por qué se suele suspender el carné de conducir?
Según un análisis, elaborado por Goodyear, casi un 44% de alumnos suspenden el examen práctico a la primera y, en cambio, el examen teórico lo aprueba casi un 84% la primera vez que se presentan.
Además de los nervios que no entran a tod@s a la hora de hacer el examen práctico, también influyen una serie de circunstancias que provocan que suspendamos: no llevar la velocidad adecuada, no utilizar las luces cuando haya que hacerlo, no hacer un stop…
Uno de los inconvenientes que provocan el suspenso de la parte práctica es pensar que la teoría tiene menos importancia. Y, en realidad, la parte teórica es la que nos va a ayudar a afrontar mejor la práctica.
Algunas de las razones por las que se suspende el examen práctico son: no fijarse en los espejos, no prestar atención a los semáforos, a los peatones o a otros coches, no realizar bien las incorporaciones…
En el examen práctico del carné de conducir influyen muchísimo los nervios y la atención que se presta. Ambos pueden ser determinantes para aprobar o suspender.
No nos podemos olvidar de nombrar ‘las rotondas’. Ya incluso para gente que tienen el carné de conducir desde hace mucho tiempo, suponen un caos… Imagínate en el mismo momento del examen. Aquí influye tanto lo que hagamos nosotros como lo que hagan los demás. Por lo que, las glorietas se convierten también en lugares muy propensos al suspenso. Algunos errores se producen por llegar a la rotonda con mucha velocidad, por no ceder el paso de forma adecuada, por no ponernos en el carril correcto…
Otra de las razones por las que suspendemos el carné de conducir es por no llevar la velocidad adecuada en los carriles de incorporación, ya sea porque no tomamos la velocidad correcta al tipo de vía al que vamos a incorporarnos o ya sea porque provocamos que los coches que van por la vía principal tengan que frenar o moverse. En relación a los carriles de deceleración, la causa del suspenso más normal es que se empiece a frenar sin haber dejado la vía principal, lo que provoca que los coches que van detrás nuestra tengan que aminorar su marcha.
Para terminar, otra de las principales causas del suspenso suele darse a la hora de aparcar: por no controlar bien las distancias, subirnos al bordillo, darle un golpe a otro coche o bien estacionar en sitios en los que no se pueda aparcar.
Todos estos fallos los cometen tanto los que se presentan al examen, como los que ya tienen el permiso de circulación desde hace tiempo. Por ello, es muy importante la formación.